INFANTIL

 

De acuerdo con los estudios epidemiológicos, alrededor del 20 por 100 de la población infantil presenta un trastorno psicológico. Normalmente, los niños son remitidos a tratamiento por sus padres debido a la presencia de conductas problemáticas, por el malestar que perciben en sus hijos o ante la preocupación de que los problemas actuales les generen complicaciones futuras. En este sentido, las intervenciones terapéuticas con niños tienen como objetivos principales, el favorecer el desarrollo evolutivo del niño y la promoción de su bienestar integral.

 

Grupo de niños                                 Niño bajando del tobogán

 

En muchas ocasiones, existe un desconocimiento por parte de los padres de las pautas normales de desarrollo y de las peculiaridades de la etapa evolutiva de su hijo. Un adecuado conocimiento de estos aspectos posibilita la promoción adecuada de este desarrollo y la detección de los problemas o alteraciones de su hijo.

 

 
Mano infantil con lluvia

 

Los adultos desempeñan un papel muy importante en la intervención psicológica infantil. Así, los adultos que conviven o interactúan habitualmente con el niño, ejercen habitualmente de co-terapeutas en el tratamiento psicológico infantil.

Algunos de los problemas y trastornos infantiles que tratamos en consulta son:

  • Problemas de conducta: desobediencia, rabietas, insultos, tirar o romper objetos, pegar…
     
  • Ansiedad de separación. El miedo a la separación de los padres es un fenómeno normal asociado al desarrollo del niño, se manifiesta durante el primer año de vida y puede persistir hasta los siete u ocho años de edad. En algunos niños estos temores puede manifestarse de manera muy intensa, perdurar excesivamente y/o afectar negativamente al desarrollo normal. En estos casos es necesario una evaluación e intervención psicológica adecuada.
     
  • Depresión infantil. Las manifestaciones clínicas de la depresión infantil varían con la edad, y presentan ciertas peculiaridades respecto a la sintomatología de la depresión adulta. En edades tempranas suele manifestarse a través de conductas no-verbales. A los tres años son comunes las quejas psicosomáticas y la enuresis. A partir de los seis años sus manifestaciones se parecen más a las de los adultos, pero incluyen también problemas de conducta e irritabilidad en la mayoría de los casos.
     
  • Problemas de conducta a la hora de comer: negarse a comer, comer muy lentamente, levantarse continuamente de la mesa, negativa a ingerir determinado tipo de alimentos
     
  • Problemas de conducta a la hora de dormir: rechazo a ir a la cama a la hora establecida, llamadas a los padres desde la cama, rechazo a dormir solos, trasladarse a la cama de los padres
     
  • Enuresis (pis).
Mano bebe con bombóm Bebé con patos de goma
  • Miedos infantiles. Los niños manifiestan diferentes miedos a lo largo de su desarrollo. Los ruidos fuertes, los extraños, el estar solos, la oscuridad, animales como arañas, ratones, perros o serpientes, personales fantásticos como brujas, extraterrestres o fantasmas, las inyecciones o el dentista, con miedos evolutivos comunes. Pero, al alrededor del 5 por 100 de los niños manifiestan miedos infantiles tan intensos que les generan sufrimiento o alteración de su vida cotidina, por lo que requieren un adecuado tratamiento psicológico.
     
  • Trastorno adaptativo: aparición de síntomas de malestar o alteraciones de la conducta infantil como consecuencia de las dificultades que experimenta el niño para adaptarse a cambios en su entorno. Algunas situaciones habituales desencadenantes de este trastorno son separación de los padres, nacimiento de un hermano, cambio de domicilio, inicio o cambio de actividad laboral de uno de los padres.
     
  • Fobia escolar. Se caracteriza por la aparición de intensas respuestas de ansiedad, que suelen llevar a la evitación, de situaciones escolares. Estos niños rechazan ir al colegio, se quejan de enfermedades o dolores para evitar ir, se comportan de manera problemática antes de ir al colegio, se muestran muy alterados de camino al colegio, se escapan del colegio, o se comportan inadecuadamente en el recinto escolar.
     
  • Dificultades de aprendizaje. Algunos niños presentan un rendimiento en lectura, cálculo o expresión escrita significativamente inferior a lo esperado en función de su edad, su nivel de escolarización y su inteligencia, lo que justifica una adecuada evaluación y/o intervención psicoeducativa.
     
  • Trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Se caracteriza por un patrón persistente e intenso de hiperactividad-impulsividad y/o desatención, que resulta inadecuado para el nivel de desarrollo del niño y que le provoca un deterioro en su vida académica, social, o familiar. Estos síntomas deben manifestarse en dos o más ambientes.
     
  • Promoción del rendimiento escolar. Técnicas y hábitos de estudio
     
  • Pautas educativas para padres. Educar es una tarea compleja, pero los padres pueden adquirir conocimientos y habilidades concretas que les permitan desarrollar adecuadamente esta responsabilidad. Los programas de entrenamiento para padres tienen entre sus objeti

- Proporcionar información sobre psicología evolutiva del niño. De este modo, los padres pueden conocer las adquisiciones y cambios típicos de cada etapa del desarrollo.


- Aportar información sobre psicología del aprendizaje y la conducta. De este modo, los padres comprenden los mecanismos a través de los cuáles se aprenden y/o mantienen las conductas de sus hijos.


- Entrenamiento en técnicas específicas para la adquisición de conductas deseadas y el manejo de conductas problemáticas.


- Entrenamiento en habilidades de autocontrol emocional.


- Entrenamiento en habilidades sociales y de comunicación.

            Niña con pizarra

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